Este año sentimos una energía diferente; tuvimos la idea de hacer el mismo tipo de evento, pero después de pensar sobre las instalaciones, el clima que queríamos para el entrenamiento (tenemos todo tipo de condiciones climáticas, terrenos, altura, humedad, etc.) y después de consultar con nuestros queridos miembros de la familia IMBA Colombia, decidimos cambiar un poco el formato. ¿Los resultados? Buscamos un lugar exigente para nuestro entrenamiento y encontramos un hermoso terreno donde hacer una larga y demandante caminata en la que pudimos pasar a través de un bosque de niebla, una increíble vista del campo y al final del camino (3.500 m.s.n.m.) la más increíble vista de la caída de agua más alta de Colombia las Cascadas de la Chorrera.
Hicimos una caminata de tres horas y después hicimos un entrenamiento de Combat Muay Boran en el refugio del lugar. Este fue un día que nos hizo ver cómo ha crecido el espíritu de la Academia durante el tiempo en que hemos estado trabajando en este extraordinario proyecto. Tuvimos la oportunidad de hablar sobre lo que cada uno tiene en su mente sobre la experiencia de pertenecer a IMBA, no una federación o asociación, sino una Academia, un lugar donde cada uno puede encontrar un sitio; no excluimos a nadie por su edad, género, peso, apariencia o experiencia. Tenemos un espacio diseñado y hecho para la gente, y nuestro combustible es el impecable plan de trabajo del Gran Maestro Marco de Cesaris. Así, este año tuvimos una situación de una gana/gana, ya que tuvimos la oportunidad de entrenar duro, saber lo bello que es nuestro País, tomar una caminata revitalizante y alimentar nuestros lazos de amistad. Sin ninguna duda este Día Mundial IMBA fue sobre la amistad y la unidad y estas son, algunas de las bases en que IMBA tiene sus raíces.