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En IMBA, nuestro principio rector es aprender cómo enseñar a otros, pero ¿esto qué significa? La Reunión Anual de Verano de IMBA, realmente resume el sentido de esto. Durante la semana entrenamos junto con nuestros colegas, maestros y amigos de todo el mundo. Practicamos y compartimos abiertamente todos nuestros conocimientos entre nosotros para desarrollarnos y elevarnos mutuamente.
Sin tu equipo, puedes tener buen desempeño, pero no de tu mejor forma (palabras sabias de nuestro Gran Maestro). IMBA es nuestro equipo, el que nos hace fuertes y resistentes. Nuestra capacitación se trata de aprender tan bien que podamos transmitir el conocimiento. Se trata de preservar la preciosa herencia tailandesa. Y se trata de una red global de intercambio y cuidado mutuo.

Enseñar a otros es una excelente manera de aprender

Nuestro lema también podría tomarse en viceversa: enseñamos para aprender de los otros. Explicar y demostrar cierta técnica es diferente y mucho más difícil si simplemente lo hacemos solos. Uno debe concentrarse profundamente en lo que sucede y por qué, cuáles son los detalles de una determinada técnica y cómo realizarla. Ser capaz de explicar eso demuestra que el conocimiento está en un alto nivel.
Por supuesto, no todos somos Grandes Maestros, pero podemos transmitir el conocimiento en nuestro nivel actual. Al mismo tiempo, todos somos maestros y estudiantes. Este doble rol nos mantiene humildes cuando nos damos cuenta de que se puede aprender de todos, todo el tiempo.
En IMBA no tenemos necesidad de presumir o demeritar a otros. Por el contrario, sabemos que somos más fuertes cuando elevamos a otros y compartimos abiertamente todo nuestro conocimiento dentro de la familia. Por eso compartimos todo lo que sabemos.

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Compartir abiertamente la información ayuda a preservar el Arte

Nuestro altamente calificado Gran Maestro Marco De Cesaris ha hecho un trabajo increíble al estudiar y reunir este valioso conocimiento de las Artes Marciales Tailandesas. Sin embargo, es imposible que una persona difunda y mantenga vivo todo ese conocimiento sin la ayuda de otros.
Aprendemos el Arte para enseñarlo con el fin de asegurarnos de que se conserve la gran cantidad de conocimientos y habilidades. Todo el tiempo nos corregimos con gentileza y cortesía, porque el objetivo común es realizar técnicas correctamente y recordarlas colectivamente, no porque alguien más tenga mejor o más experiencia.
Cuando comencé hace algunos años, me sorprendió la amabilidad y la apertura de los Miembros de IMBA. Incluso los maestros de muy alto nivel son extremadamente amigables y aterrizados con un recién llegado. Esta cálida bienvenida me hizo querer transmitir la atmósfera y hacer que todos los demás se sientan tan bienvenidos como yo estuve.

El poder está en la Red, en nuestra Comunidad

Nuestra fortaleza es que nunca estamos solos. Tenemos maestros y estudiantes calificados en los que confiar cuando surgen preguntas. Puedes preguntarle a cualquiera, y si no sabe la respuesta, encontrarás a alguien que sí. Este sistema y cultura de enseñanza de nivel internacional también garantiza la enseñanza de alto nivel a nivel local en nuestros gimnasios de todo el mundo.
Al enseñar a otros podemos tener entrenamiento individual incluso en grupos grandes. No es sólo el Gran Maestro, sino muchos y muchos otros los que pueden entrenarnos. La enseñanza también va de dos maneras: los estudiantes ayudan a sus maestros a comprender cosas que antes no consideraban.
Lo que me encanta de entrenar en IMBA es el cálido ambiente familiar. Queremos elevarnos mutuamente, contar todo lo que sabemos para ayudarnos mutuamente a tener éxito y hacer nuestro mejor esfuerzo. Nos apoyamos mutuamente para superar nuestros límites y desafiarnos a nosotros mismos. Esta Comunidad nos hace prosperar, tener éxito y esforzarnos más. Como equipo somos más fuertes y poseemos más conocimiento del que tendríamos solos.

Hasta que nos encontremos de nuevo

IMBA Summer Gathering nos deja a todos pensando en el conocimiento que obtuvimos y las cosas que aprendimos también al enseñarnos mutuamente. Después del Campamento, es hora de despedirse, es hora de irse a casa y seguir practicando lo que hemos aprendido. Me siento honrada y agradecida de ser parte de esta comunidad única. Por poder aprender de todos y enseñar a otros.
Somos una gran familia dispersa por todo el mundo. Sin embargo, todos los días en nuestro entrenamiento estamos conectados por el arte marcial que practicamos juntos.
Recordamos los detalles que nuestro Maestro nos contó la última vez que entrenamos juntos. Sonreímos al recordar los chistes que contó nuestro amigo mientras practicamos una forma. Y nos esforzamos por ser más fuertes y mejores, aprender más cosas para enseñarnos una vez que nos volvamos a encontrar.